Como lo describe en la Biblia en el libro del Apocalipsis, en los capítulos 2 y 3: saluda al ángel de Éfeso, de Esmirna, de Pérgamo, de Tiatria, de Sardes, de Filadelfia, de Laodicea…

Tu ciudad o pueblo también los tienen, convives con ellos. Ahora bien ¿cuántas veces has agradecido a Dios por el sitio donde vives? ¿Cuántas veces has rezado por tus vecinos, por tu trabajo? Todo trabajo provoca un movimiento de energía y emociones, a su vez, genera prosperidad provocando, bienestar, confort, etc.

Con tu trabajo cubres tus necesidades.  El dinero que ganas, lo gastas en gran parte en tu ciudad, generando más trabajo, y, con él otras personas se alimentan, se visten, pueden pagar la formación de sus hijos, etc.

Por otra parte, tu tarea no es solo para cumplir horario y recibir un pago, hay algo muy profundo y sagrado, que afecta a muchas personas no solo a ti. Las horas que dedicas  a una labor, tienen  algo maravilloso y sagrado, el dinero como moneda de cambio, de canje se transforma en algo bello, sagrado.

Por lo cual te invito hacer un ejercicio de gratitud por el sitio donde vives, por tu trabajo, a la tierra que te cobija y pisas cada día. Elige un horario adecuado, y por siete días seguidos sale a caminar por tu ciudad, dando gracias en oración a Dios, con el pensamiento por el  sitio donde vives, sería una forma de pago espiritual, de agradecimiento consciente. Mientras caminas vas rezando la oración del Padre Nuestro y das gracias: Al elemental de la cuidad y a los ángeles que la custodian. Pide misericordia a Dios por las personas de tu ciudad o pueblo.

Al regresar a tu casa termina la oración rezando de nuevo el Padre nuestro.