Las visitas a la cuarta dimensión
Al recordar, el pensamiento da vida nuevamente a la situación que evocamos, a ese tiempo pasado.
Según lo que rememoremos será la química que recibirá el cuerpo físico y tendrá sus efectos en el momento presente.
El pensamiento tiene una onda de frecuencia que se transforma en energía electromagnética, por lo cual lo que recuerdes con toda su carga de energía emocional afectará no solo a tu mente sino también a tu cuerpo físico.
Hay que cuidar la mente en esas visitas al pasado. Si son breves, no hacen daño, incluso pueden ser provechosas para aprender. Ahora bien, cuando te anclas en el pasado, no importa si el recuerdo es de momentos bellos o tristes, tu conciencia queda partida.
Por un lado está el aquí y ahora que te sitúa en el presente, en la realidad; por el otro, el más allá, lo que fue, ─que ya no existe─, que si permanece en tu mente por tiempos largos, te aleja de la realidad y divide tu conciencia en dos.
Solo existe el presente,
el pasado es ilusorio.
Vives en un cambio continuo y permanente de transformación. Renuevas la mente desde el presente con la experiencia del pasado. Eres la divinidad en movimiento.
¿Sabes que en un año todos los átomos del cuerpo habrán sido renovados totalmente?
Ejercicio:
Observa tu ombligo, y te remontas con la imaginación al vientre de tu madre, en el que estás nadando en la bolsa de agua, creciendo.
Pasa al recuerdo de tu infancia, de la niñez, de la adolescencia, recuerda tu rostro, tus manos; a las personas que te era grato estar con ellas.
Todos estos recuerdos son pasado, tienen fuerza, son creativos, te nutrieron en tu experiencia.
Reflexiona mientras viajas al pasado:
Tu vida continúa y se disuelve a la vez; una parte de ti es eterna otra se mueve con el ciclo de la creación, de la naturaleza.
Hasta la semana que viene.
Paz y bien.
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Autora de libros y guía para meditación.
Mail: maria.benetti.meirino@gmail.com
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¡Querida hermana, genial!!! Hoy estoy con mi pasado y a 3 días de visitarlo, ya se donde no quiero volver. Besos
Estoy totalmente de acuerdo con lo que comenta Horacio, la vuelta al pasado, solo de vez en cuando para aprender de lo bueno y aprender de lo malo y no volver a repetirlo, viva el presente. Gracias Marìa, Maestra.