Nos movemos entre dos mundos.

A uno lo llamamos realidad, lo que dominamos, manipulamos e incluso reformamos temporalmente.

El otro, el mundo de lo sagrado, la realidad mayor, lo eterno.

Esta situación, de movernos entre estos dos mundos, siempre existió, no es nueva, no es un nuevo paradigma.nueva.era

Es una cuestión de lenguaje.

Está el hombre consciente de quien es y el hombre inconsciente, o lo podemos decir con otras palabras, el hombre que quiere despertar o el que decide seguir dormido. Ahora bien, si quieres despertar y descubrir el mundo de lo sagrado, a esa realidad que se encuentra más allá de todo cambio físico, no tienes que correr un velo mágico, ni llenarte de rituales, ni andar bajo el brazo con carteles de nueva era siglo XXI. Se trata más bien de una actitud.

Solo tienes que escuchar a tu alma, a tu espíritu y decidir, o me quedo parado en lo físico o corro el velo y voy en busca de mi evolución como persona, como ser.

En el viaje a Israel, es decir, a Tierra Santa, entre las rutinas de trabajo que tenía asignadas, no estaba la visita a Hebrón, donde están las tumbas de los patriarcas. Para mí era muy significativo este sitio, porque es la representación del padre de la verdadera “Nueva era”, Abrahán, un valiente, que dejó todo y emprendió un camino hacia lo desconocido. Siempre desde lo humano. Pero estuve en otro sitio, donde nació un hombre revolucionario que proclamó con otras palabras lo que propuso Dios a Abrahán, “deja todo y sígueme”, lo que importa es el hoy….Un maestro llamado Jesús.

Continuando con Abrahán, un hombre pagano que vivió en el siglo XV a. C, el hombre de la nueva era. El, escuchó una voz que le decía, “sal de tu tierra y haz el camino que yo te voy a indicar”. Y decidió despertar, vivir, aprender, experimentar sin miedo la vida, dejó los rituales, los sacrificios y descubrió a Dios en su corazón.

El hombre siempre tiene ese objetivo, aprender. Dispone de la conciencia para hacer el camino, sólo que algunos escuchan la voz de su conciencia y otros la anulan con el ruido de sus propias voces.

¿Cómo puedes tener acceso a esa realidad superior?

Utiliza el discernimiento y no niegues tu realidad humana.

Piensa para comprender que existes y pregúntate: ¿Quién soy? ¿Cuál es el sentido de mi existencia? Luego medita y trata de responder estas preguntas.

Paz y Bien


María Benetti Meiriño
Autora de libros y guía para meditación.
Mail: maria.benetti.meirino@gmail.com
Web: https://www.mariabenettimeirino.com

Léalo también haciendo clik en la palabra subrayada:  SER CONSCIENTES

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